
Introducción
Antes de que existieran laboratorios farmacéuticos, había parteras, curanderxs, yerberxs y guardianes del conocimiento vegetal. Las culturas originarias de Mesoamérica desarrollaron un complejo sistema de salud basado en observación, intuición y comunión con las plantas.
¿Y el cannabis? Aunque no es originario de América, su llegada fue adoptada dentro del marco de los saberes ancestrales. Hoy, el activismo medicinal no solo busca legalidad: también busca reconectar con la raíz sagrada del cuidado comunitario, la tierra y el cuerpo.
No. El cannabis es originario de Asia Central y llegó a América tras la llegada europea, probablemente a través de:
Expediciones españolas (siglo XVI)
Cultivo de cáñamo industrial para cuerdas, textiles y velas navales
Uso en misiones, conventos y huertas como planta medicinal
👉 Pero su uso terapéutico y ritual fue absorbido rápidamente por sistemas tradicionales, como ocurrió con muchas otras especies foráneas que fueron “mestizadas” en la herbolaria popular.
Cacao: estimulante, energético, usado en rituales de nacimiento y muerte
Copal: resina protectora, puente con lo sagrado
Peyote (Wirikuta), hongos psilocibes, ololiuhqui: conexión visionaria y diagnóstica
Salvia, epazote, hierba santa: para desparasitar, relajar o armonizar
Mariola (Baccharis glutinosa): posibles antecesores o sinónimos del cannabis en herbolaria oral
En zonas rurales y montañosas, se usaba como emplasto para inflamaciones
Tinturas de hoja con alcohol o aceite para dolores menstruales y reumáticos
Infusión de hoja para tranquilizar o inducir el sueño
Su uso se transmitía oralmente por mujeres mayores, parteras y hueseras
🗣️ En algunas regiones del sur y centro de México se le llegó a llamar “la yerba buena fuerte” o “la planta de los nervios”.
El conocimiento tradicional fue deslegitimado con:
La colonización espiritual y médica
La prohibición de plantas psicoactivas desde el virreinato
El estigma moderno del cannabis como droga y su inclusión en políticas punitivas
Aun así, las abuelas, los pueblos y los saberes vivos resistieron, y hoy resurgen con fuerza en espacios como AMEM, colectivos herbolarios y comunidades indígenas que defienden el derecho a curar-se con la tierra.
El cannabis medicinal no es solo un tratamiento moderno: es parte de una relación ancestral entre humanidad y plantas. Integrar el cannabis al sistema herbolario actual implica:
Respetar los saberes que no vienen de laboratorios
Honrar las prácticas comunitarias y parteras de conocimiento
Luchar por una medicina que no solo cure síntomas, sino sane vínculos
📚 Bibliografía
Estrada, Álvaro. (1992). Vida y pensamiento de María Sabina.
Ortiz de Montellano, B. (1990). Aztec Medicine, Health, and Nutrition.
Archivos orales de medicina tradicional (CDMX, Oaxaca, Puebla)