
Introducción
El cannabis no es solo una planta: también es una herramienta para tejer comunidad. Frente a la criminalización, el desabasto terapéutico y la falta de regulación clara, muchas personas en México han optado por organizarse en colectivos cannábicos que funcionan como espacios de cuidado, cultivo colectivo, educación, acompañamiento legal y resistencia social.
En este artículo te contamos cómo se forma un colectivo cannábico, qué aspectos legales y prácticos debes considerar, y por qué estas estructuras son clave para el presente y el futuro de la regulación del cannabis en México.
Es un grupo de personas que se organiza de forma horizontal y sin fines de lucro para:
Compartir conocimientos sobre el uso medicinal, terapéutico o adulto del cannabis
Practicar el autocultivo colectivo o coordinado
Generar espacios seguros para el consumo informado
Proteger a sus miembros de abusos y detenciones
Incidir políticamente por una regulación justa
👉 Pueden tener distintos formatos: clubes, círculos de estudio, redes de cultivo, asociaciones civiles, colectivos barriales o rurales.
Reúne entre 3 y 15 personas con intereses comunes: salud, cultivo, activismo, educación.
Es clave que haya compromiso, respeto y visión compartida.
2. Define el propósito
¿Será solo para acompañamiento terapéutico?
¿También cultivarán juntas/os?
¿Quieren incidir en la política local o solo generar espacio seguro?
3. Establezcan acuerdos básicos
Roles rotativos o fijos
Reglas de participación y consumo
Cuidado de plantas, finanzas, comunicación
Mecanismos de resolución de conflictos
4. Ubicación segura
Un espacio físico o virtual donde reunirse, cultivar o compartir sin exponer a terceros.
Siempre prioriza el respeto a vecinas/os y privacidad.
5. Decidan si se registran o no
Pueden permanecer como colectivo informal
O constituirse como asociación civil, cooperativa o agrupación legal (esto depende del nivel de exposición y objetivos)
Cada persona debe contar con autorización sanitaria o amparo individual.
El cultivo colectivo aún no está regulado explícitamente, pero existen precedentes judiciales favorables.
Documentar acuerdos internos puede servir como mecanismo de defensa legal.
Evita actividades con fines comerciales si no tienes permiso (venta = delito grave en México).
Acompañamiento emocional y educativo
Disminución de riesgos al consumir en espacio privado
Compartición de recursos (genéticas, herramientas, asesoría)
Fortalecimiento de la identidad cannábica sin estigma
Posibilidad de incidir colectivamente por el derecho al autocultivo
Coordinación y compromiso sostenido
Manejo de conflictos internos
Seguridad jurídica ante operativos o vecinos hostiles
Estigmatización y desinformación
👉 La clave está en el cuidado mutuo, la transparencia y la formación constante.
En AMEM creemos que el consumo responsable viene de estar correctamente informadxs, solo así podremos sobrepasar el tabú, la desinformación y la prohibición en sí misma. Visita nuestra sección de publicaciones para obtener más información en torno a la cannabis.
📚 Bibliografía
RIA México. (2022). Recomendaciones legales para clubes y espacios cannábicos.
SCJN. (2021). Tesis jurisprudenciales sobre uso personal y derechos colectivos.
Autores Varios. (2019–2024). Testimonios de clubes cannábicos en CDMX y otros estados.